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General Villegas. Foto: Revista El Federal
 
Desde hace días que varias provincias del país se ven afectadas por fuertes tormentas que inundaron pueblos enteros y dejaron en vilo a miles de familias evacuadas. Uno de los casos más graves sucede en la localidad de Piedritas, en el partido bonaerense de General Villegas, al igual que Santa Eleodora y Santa Regina. No sólo tienen vecinos evacuados, sino también campos completamente aislados y agua en los cascos urbanos. Sin embargo, en Piedritas ayer la situación se agravó por el ingreso de una masa de agua proveniente de Santa Regina, que cortó un tramo de la ruta 33.

Ante lo ocurrido y luego de las protestas de los vecinos, ayer visitó el pueblo villaguense el ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, que prometió líneas de créditos para los productores damnificados y también la realización de las obras hidráulicas a largo plazo que evitarían posibles inundaciones a futuro.
“La cuenca lechera, la zona noroeste, es la más complicada porque tienen 500 milímetros de agua. Los ríos están muy crecidos, incluso la autopista de Santa Fe y Rosario tiene una alcantarilla cortada y está al límite de agua”, dijo Hugo Bauza, Presidente de AAUCAR, la Asociación de Autotransporte de cargas de Santa Fe. Sin embargo, dejó en claro que, aunque ahora bajó un poco el agua, se pronostican lluvias para este fin de semana y si eso pasa, el puente va a quedar inhabilitado.
Oscar Oronoz, Presidente de CATRAVILL, Cámara de Transportistas del Partido de General Villegas, también expresó su preocupación por esta terrible situación. “La situación es mala, sobre todo en Piedritas. Se taparon las alcantarillas para que no pase el agua, pero lo mismo se saturó. El problema va a ser cuando crezca el Rio Pinto”, afirmó. Sin embargo, la preocupación crece a la hora de pensar en el trabajo perdido por las inundaciones. “Recién se estaba salvando lo que había quedado de las inundaciones anteriores, y ahora con la lluvia se perdió todo de nuevo. Hay que evaluar qué queda de toda esa cosecha. Si antes estaba complicado, ahora peor”, finalizó Oronoz.
Ambas autoridades coincidieron en que la solución de fondo a esta problemática sería un plan de gestión hídrica, que organice la circulación de los excedentes pluviales hacia las cuencas.